En el momento del derrame cerebral, el pánico le hizo sentir náuseas. Su cara permanecía perlada de sudor y sus ojos, un tanto mortecinos, todavía resplandecían en la penumbra. Aitana contaba con veintisiete años,...
Ensimismado en mí mismo, pienso en lo afortunado que soy por tener amigos y seguidores en prensa. Mi vida está llena de amor, aunque para llegar hasta aquí he dejado en el camino parte de mí, un cúmulo de retazos. El...