No quisimos ser soldados

Tres historias. Tres formas de expresar sus carencias y sus miedos a través del sexo. Su autor, nos hace llegar sus pensamientos, sus vivencias de tal forma que reflexionar tras cada capítulo se convierte en un imperativo, una necesidad. Narrado de una forma exquisita, Olivas, expresa tres mundos con muy pocas palabras. Una narrativa exquisita es para mi lo que hace de esta novela algo excepcional. Sin olvidar el compromiso que pone al mostrar y visibilizar diferentes formas de vida dentro del colectivo. Lo que más me ha gustado es la poca importancia que tiene el personaje en si, su descripción, su nombre, su edad. Y como lleva el peso de la narración a la necesidad de contar como cada uno vive su historia y sus circunstancias. Una obra de diez, que merece un espacio relevante en las bibliotecas personales.