Momentos estelares de la humanidad

Nuevamente, Stefan Zweig vuelve a sorprendernos con su dominio de la técnica del “prodesse et delectare” horacianos, como base de un sólido y muy vasto conocimiento de hechos históricos relevantes (hitos de la historia de la humanidad) que son narrados, expuestos e interpretados con una visión aguda y certera. El lector asiste, así, al asesinato de Cicerón, la ardua conquista de Bizancio, la conquista del Océano Pacífico o el descubrimiento de “El Dorado” a la par que se codea con personalidades diversas: el capitán Rouget (autor de La Marsellesa), Napoleón Bonaparte, Goethe, Dostoievski, Cyrus W. Field y la comunicación transoceánica, Tolstoi, el capitán Scott y su “hazaña” en el Polo Sur, ensombrecida por el noruego Amundsen; Lenin y, finalmente, Wilson y su fracaso en el bienintencionado proyecto de paz internacional. Momentos estelares, brillantes y decisivos para la Humanidad. Una Humanidad que no suele detenerse a reflexionar acerca de las grandes enseñanzas de la Historia: bien para asimilarlas o bien para evitar errores del pasado. Stefan Zweig da su lugar a una serie de personas, que convertidas en protagonistas, de forma consciente unas veces, o “arrastrados” por los acontecimientos y atrapados en las redes tejidas por el momento histórico que les ha tocado vivir, otras, desfilan ante nuestra atenta y curiosa mirada. El autor logra hacer nuestras su alegría, tristeza, desesperación, fracasos, desaliento, éxitos y triunfos, convirtiéndonos, en cierto modo, en copartícipes de esos “momentos estelares”. La Historia de los grandes acontecimientos no existiría sin esos instantes, cortos, pero decisivos, que han dado una vuelta de tuerca, un giro de 180º, convirtiendo lo predecible en inesperado. La Naturaleza, el ser humano, el azar, no podemos controlarlos:son completamente imprevisibles e impredecibles. Causalidad y casualidad van de la mano, recordándonos la fragilidad y la indefensión humanas. La inteligencia, la intuición, el ingenio, el denodado esfuerzo, los ideales, la responsabilidad, el arrojo, la valentía no siempre aseguran o auguran un final feliz; del mismo modo que, paradójicamente, actos de vileza, cobardía o desesperación pueden ser coronados por el éxito, encumbrando a su autor.

Momentos estelares de la literatura...

El aleteo de la mariposa, el átomo y el nanosegundo. Cada decisión marca la senda futura de nuestro devenir y en ocasiones afecta al devenir de muchos más.

La manera que tiene Zweig de narrar la historia es única. Sí esta fuera la forma de enseñar la materia en los colegios otro gallo cantaría. 100% recomendable