La historia natural de Selborne

La Historia natural del Selborne es una lectura muy grata, uno de esos textos que te reconcilian con la naturaleza, que te conecta con ella, haciéndote sentir como parte integrante y fraternal de la misma. En la línea de esos naturalistas decimonónicos, al estilo de Humboldt, de Darwin, de Sabino Berthelot, de Bouganville..hombres es lo que aún permanecía intacto el espíritu renacentista aunador de ciencia y humanidades, que conciben el conocimiento como un todo.de la mano de Gilbert White recorremos el Selborne, conocemos sus pájaros, las costumbres y migraciones de estos y todo ello explicado con un elegante lenguaje, con unos giros lingüísticos y unas bellas expresiones que ni son aún de especialistas, como sucederá después en el desarrollo de las diferentes disciplinas científicas, ni melancólicas o meramente hueras. Son. sobre todo, bellas y descriptivas. Conocemos el nombre de numerosos pájaros, tanto en el nombre vulgar como en l científico. las referencias a Linneo son constantes , lo conoce de primera mano, así como a otros importantes científicos de la época. Además, el autor huye del dogmatismo, pues en muchos casos, al no estar seguro de algún detalle no se le caen los anillos para reconocer su duda o ignorancia y también se hace muchas preguntas que deja en el aire. Eso sí, hay que hacer excepción de que se trata de un autor creacionista, perfectamente comprensible por razón de la época en que escribe - siglo XVIII - como por su condición sacerdotal. Es de destacar el hecho de que se trata de un libro epistolar, género tan olvidado hoy, pero que permite conocer mejor al autor, pues invita a desnudarse mejor, a sincerarse. En definitiva, lo considero una lectura muy aconsejable y recomendable, tanto para el amante de la lectura en general, como para el amante de la naturaleza, pues es un tipo de lectura que agudiza la fibra ecológica de quien lo lee y tras su lectura uno empieza a fijarse en detalles, cuando paseas por el campo o en un simple parque urbano, que antes te pasaban desapercibidos. Gracias Libros del Jata por la bellísima edición de esta obra imprescindible. Atentamente: Lorenzo Martín Peña.