Cuenta a las abejas que me fui (Saga Outlander 9)

La historia es magnífica, como siempre, aunque sigo pensando que se extiende en cosas irrelevantes e insiste mucho en chorradas que pierden la gracia. Por ejemplo las flatulencias de los personajes (literalmente), entiendo que lo indicase en un caso médico extraordinario o incluso haciendo la lectura tan cotidiana como vivir cada minuto de la vida de los personajes, vale... pero que cuente cada pedo que se tiran los personajes al dormirse me parece ridículo, bobo, idiota... paja para llegar a las 1200 páginas, vaya. Ya ha mejorado en la repetición de expresiones, que en los anteriores libros era abusivo. Se ha olvidado de la evolución de ciertos personajes muy queridos por los lectores, por ejemplo Jem y Germain, su relación era fantástica y se les ha dejado de lado. El hijo de Ian, Totis, ha sido una buena entrada en la historia, pero no lo ha vuelto ni a nombrar, con el juego que podría haber tenido en la incorporación a la familia... no lo sé, siento que se ha centrado mucho en personajes que no son nada interesante y ha dejado de lado a los verdaderamente interesantes. Y el centrarse tanto en la sexualidad de algunos, que han terminado siendo un cero a la izquierda en la historia, la hace pesada. Conclusión, que está genial, es entretenida como siempre, pero para mi gusto ha abandonado los aspectos que nos tenían enganchados, por otros que no nos terminan de enganchar y después de 7 años se entiende, ya no te llaman tanto unas cosas como otras, pero el problema es que el lector esperaba continuar con lo que se le dejó a medias... no podemos dejar de querer, a quienes ya queríamos. No sé si me apetecerá leer la siguiente dentro de otros 7 años.

Una historia con muchos personajes maravillosamente entrelazados y que contagian sus emociones y vivencias al lector. Me encanta la forma de relatar de Diana Gabaldon.