REBELION EN LA GRANJA

REBELIÓN EN LA GRANJA (Volver a Orwell, a mediados del siglo pasado) Me acerco a este clásico publicado en 1945 con la seguridad de no poder aportar apenas nada nuevo al cabo de tantos años y de tantos análisis de expertos. Y lo hago con la certeza de que quien lea esta nota volverá a pensar en la medida de su capacidad de análisis y de su compromiso social en el entorno en el que le ha tocado o ha elegido vivir. Y esta relectura le causará un cierto desasosiego sea cual sea el sistema de gobierno que lo envuelva política y socialmente. Porque este cuento de carácter alegórico que se limitaba en intención del autor (George Orwell) a los peligros del estalinismo, y en el que se pretendía simbolizar a quienes gestaron, protagonizaron y desarrollaron la Revolución soviética, esta parábola de la anulación de un proyecto revolucionario resultan ser una muestra que refleja los efectos de la ambición política del poder sin límites. Los diez capítulos que conforman esta construcción narrativa sirven para presentar, en principio, la revolución como única forma de liberación y de justicia colectiva, para lo que desgrana y se sirve de una serie de acontecimientos biológicamente determinados que son comunes a la mayoría de las vidas humanas. Porque la manera en que reaccionan los seres humanos antes los acontecimientos es lo que constituye la condición humana. Y es general. O mejor, universal. Continúa la muestra con los efectos de la revolución cuando los nuevos gobiernos establecen las leyes que poco a poco van cambiando para legitimar las ideas o caprichos de los mandatarios o de sus partidos. Surge así una nueva estratificación social en la que, como es el caso, ”todos los animales son iguales pero unos más que otros”. Puesto que está demostrado que el poder corrompe a quien lo posee, y así aparecen la avaricia, la discriminación, la traición… Se manipula: se engaña para afianzar el dominio sobre los engañados. Y tanto los poderosos como los oprimidos cambian los ideales que fueron comunes, por pactados, por ideas individuales y tiránicas.

REBELIÓN EN LA GRANJA La novela “Rebelión en la granja” es una novela satírica publicada en 1945. Trata simbólicamente de cómo el régimen soviético de Stalin corrompe el socialismo. Si la fábula se define como una narración breve en la que los principales personajes suele ser animales o cosas inanimadas que hablan y actúan como seres humanos, esta novela es una fábula. Si la alegoría busca representar una idea valiéndose de formas humanas, de animales o de objetos cotidianos: pretender dar imagen a lo que no tiene imagen para su mejor entendimiento, esta novela lo hace. Si se define la novela satírica como la que se utiliza para expresar indignación hacia alguien o hacia algo con propósito moralizador, lúdico o simplemente burlesco mediante la farsa, la ironía y otros medios, esta novela lo cumple. En “Rebelión en la granja” se encuentra la parodia, la ironía, el sarcasmo… tanto en sus trasuntos humanos, como sociales y políticos. Las dificultades para la publicación demoraron su conocimiento; en España se conoció en los años cincuenta. El tema, conocido por todos, nos introduce en una granja en la que los animales expulsan a los humanos, dueños tiranos, y forman un sistema de gobierno propio que con el tiempo se convierte en otra tiranía. Si precisamente he querido acercar esta novela al lector es porque la adultez parece que distancia o minusvalora el contenido de las fábulas cuando se presenta con la forma de humanización de los animales como hizo Disney con sus personajes de animales humanizados, por un lado. Y, por otro, porque los movimientos político-sociales que están configurando este nuevo mundo –nueva sociedad- que se presenta en nuestro planeta son un fiel reflejo de todo lo criticado en la narración de Orwell “Rebelión en la granja”. Los lectores jóvenes lo verán, si lo ven, con más distancia por la dificultad de su bisoñez política. Los lectores maduros (: que hayan superado el ecuador de la edad) podrán poner nombres y apellidos, y hasta fechas actuales, a los personajes y acontecimientos que reflejan (: esto es lo que hizo Fulano cuando el partido político le propuso…). La fábula resulta demoledora por su acierto para mostrar los rasgos de la condición política y humana.

REBELIÓN EN LA GRANJA El poder envilece “Rebelión en la granja” es una novela alegórica distópica. Es una crítica a la corrupción que supone el abuso de poder: muestra los cambios y variaciones (manipulaciones) que experimenta la verdad histórica en los momentos de transformaciones políticas. Manipulaciones controladas en las que puede llegar a usarse la fuerza y la violencia. Esa utopía humana de un mundo en que todos gozarán del fruto de su trabajo y en el que participarán como iguales en el reparto de bienestar, no dejará de ser un sueño. Como ahora. En todos los repartos reales, algunos se quedan con lo mejor y no llega para todos. La realidad, frente a los repartos de los sueños, tiene más de acusaciones, de castigos públicos, de relajamiento de costumbres, de leyes y normas de distinta aplicación (en teoría iguales para todos y, en realidad, aplicadas en distinto sentido) según los niveles sociales del encausado. Ese es nuestro entorno. En la novela “Rebelión en la granja” aparecen trazos críticos hacia los nacionalismos, hacia los populismos, incluso hacia los partidos y líderes que, al llegar al poder, incumplen sus promesas, cambian sus principios y se vuelven gobernantes de la casta. Un clásico de la Literatura del siglo XX que ayuda a entender de qué va la Política y los políticos. Mensaje contra la opresión y el absolutismo. Sobre todo, en épocas de cambio de Historia cuando la manipulación consigue que la gente crea que en el pasado inmediato es la causa de los males presentes. ´Hemos mejorado con el gobierno actual´, se obliga a decir –coacción- sin objeciones ni dudas. Al mostrar ciertas conductas en un mundo alegórico, se facilita entender más claramente el mundo real. Impropio de racionales, pero real. Quizá es momento de recordar al margen, que hoy, en el extremo de la ñoñería, se han llegado a atribuir (antropomorfismo de Disney) cualidades humanas al reino animal llevando a humanizar a los animales, a considerarles casi como sujeto de derechos. Sensiblería exacerbada y superficial. Una cosa es el respeto a los animales y, otra, la dignidad del ser humano.