Imaginad que lo queréis petar en un concurso cantando rap con flow estelar, pero acabáis metidos tú y tu crew en una guerra galáctica por culpa de los Drakos, unos alienígenas que se creen los amos del universo. Pues...
En Cuando despiertes y no haya nadie la poesía visita atenazados parakes de calles desiertas donde se apela a la ternura como antídoto a la desesperanza.